Un año más, la Santa Cruz de Brenes recorrió las calles del pueblo de Brenes extendiendo el mensaje de la Resurrección a todos los breneros.

Las puertas de la Casa Hermandad se abrieron sobre las 19:00 horas de la tarde al son de la flauta y el tamboril, dando paso a un colorido cortejo formado por los miembros más jóvenes de la hermandad, así como de las corporaciones invitadas.

La singular cruz de guía que lleva cortejo estuvo en todo momento flanqueada por cinco componentes del grupo infantil, ataviados con traje corto para la ocasión. Tras esta, los banderines del “Ave María” hacían de  antesala a las representaciones de las distintas corporaciones que participaban en el cortejo. Entre éstas, destacamos la presencia del Grupo Joven de la Hermandad de la Vera Cruz de Tocina y de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Resurrección de La Rinconada, ambas instituciones muy unidas al Grupo Joven de la  Hermandad de la Vera Cruz de Brenes.

La primera levantá al paso de la Santa Cruz estuvo a cargo de la Pregonera de las Fiestas del año 2012, Dña. Reyes Jiménez Lara, en la Casa Hermandad de la Vera Cruz de Brenes.

Emotiva la llamada y emotivo el pregón que nos ofreció en la noche del Viernes. Todos los sentimientos contenidos en el original pregón con el que nos deleitó Reyes se transformó en emoción en la llamada de la pregonera a los costaleros del paso de la Santa Cruz. Más aún, cuando la autora del texto de exaltación de las fiestas, visto bajo el prisma personal de una madre veracrucista, se encaminó para realizar la primera levantá acompañada de uno de sus hijos.

La salida a la calle del Santo Madero fue muy aplaudida por los asistentes y estuvo acompañada musicalmente por la Agrupación Musical de la Encarnación, de la Hermandad de San Benito de Sevilla, que tocó para la ocasión el Himno Nacional y la marcha “Y contigo hasta el cielo” (de José Manuel Mena Hervás). Todo esto estuvo acompañado por el estruendo de cohetes que reventaron a gloria en el cielo de Brenes.

Durante todo el recorrido de la procesión, a pesar de las altas temperaturas que predominaron en la tarde, el paso de la Santa Cruz estuvo ampliamente acompañado por una multitud de hermanos y fieles procedentes de diversos puntos de la provincia de Sevilla.

El punto culmen de esta manifestación gloriosa se alcanza siempre cuando el paso enfila la popular Calle de Las Tabernas, donde los hermanos de la  Vera Cruz entonan sus canticos por sevillanas, sus vítores y sus  plegarias al Leño Santo.

Este año tenía una connotación especial,  ya que el Capataz de la Santa Cruz D. Rafael Gaona,  afrontaría por última vez este camino a cargo de su sensacional cuadrilla de jóvenes costaleros. En una conmovedora llamada a su cuadrilla, el capataz les comunicó su decisión de ceder el testigo a su buen amigo y compañero en el cargo D. Saúl Noa, tras cuatro años de disfrutar al mando del paso de la Santa Cruz de Brenes. Y se marchó con el grito que cada año repite a sus costaleros: “Señores, a repartir baberos”…

Entonces se sucedieron las marchas magistralmente interpretadas por la Agrupación de San Benito, tales como “Virgen de la Paz” (de nuestro querido Vicente Chazeta), “Angeles”, “Presentado a Sevilla”, “Por Pilatos condenado”, etc… todo ello ante las miradas embelesadas de los asistentes que vivieron con satisfacción desmedida el momento de la tradicional petalada en la puerta de Manuela Ramos, alma y corazón de estas fiestas.

Tras tanta emoción vivida, llegó el momento de pasear a la Santa Cruz al son de la flauta y el tamboril por la calle trasera de la Iglesia Parroquial, para llegar de nuevo a la Casa Hermandad, al compás de la Marcha “Por Amor, Cautivo” (de Javier Calvo), interpretada de forma soberbia por la agrupación, demostrando así que esta cuadrilla de costaleros y esta formación musical son uña y carne, o lo que es lo mismo que llega el momento que el sonido de la Santa Cruz deja de ser terrenal para convertirse en música celestial. Dicho queda…

Poner fin a tanto sentimiento desmedido es una tarea difícil, pero cada año ocurre y se rubrica en la entrada con el broche de oro, fruto del compromiso convencido del Grupo Joven de la Hermandad , del trabajo ilusionado de los costaleros y del sentir apasionado de los hermanos que ven en la Santa Cruz de Brenes al autentico Cristo Resucitado.

El síndrome de Stendhal existe… y quien quiera puede venir a Brenes en Mayo para comprobarlo.